Esparcir cenizas al mar

Despedir a un ser querido que ha partido es vital en la elaboración de un duelo positivo, sobre todo si el deseo es que el último adiós sea un momento liberador. Esparcir cenizas al mar, es una costumbre que cada vez toma más fuerza y busca rendir un homenaje en memoria de la persona que falleció, dejando un recuerdo significativo y emotivo para las familias que lo realizan. 

Una despedida íntima

Una ceremonia para esparcir cenizas al mar se desarrolla en un espacio íntimo y en compañía de los familiares más próximos a quienes se les brinda la tranquilidad de despedirse de su ser amado a través de mensajes simbólicos y expresiones de amor, permitiendo guardar este momento en su corazón.

Según Gloria Patricia Soto, psicóloga experta en procesos de duelo, directora general de la Red de Vida del Grupo Gaviria, esparcir cenizas al mar ayuda a sobrellevar el duelo ya que al liberar las cenizas del ser amado en medio de la paz y profundidad del mar, los familiares encuentran una forma de sanar el dolor generado por su partida, a la vez que recuperan la esperanza para encarar la vida que continua. 

¿Qué tener en cuenta para esparcir cenizas al mar?

Buscar maneras no tradicionales de despedirse de un ser amado y crear memorias positivas en torno al último adiós, es cada vez más común entre las familias que desean llevar a cabo hasta el final, los deseos de sus seres queridos. 

Aun cuando esparcir cenizas al mar es un acto de liberación y consuelo, implica también una responsabilidad y cuidado con el medio ambiente. Contar con los elementos y la experiencia adecuada, serán necesarios para llevar a cabo este tipo de ceremonia. 

Para esparcir las cenizas al mar, es necesario que éstas sean depositadas en una urna biodegradable, elaborada de sal marina que se desintegra en el mar sin causar un impacto negativo al hábitat natural. No se deben usar recipientes de metal, plástico o cualquier material contaminante con el medio ambiente.

Si la cremación es realizada correctamente, las cenizas no tienen porque representar ningún riesgo para el ecosistema acuático. Cuando el proceso de cremación no sigue las pautas correctas de acuerdo a la normatividad vigente, pueden quedar partículas nocivas en las cenizas como empastes dentales y pintura de los ataúdes, entre otros, que serán un factor de riesgo para la fauna y flora marina.

Cada país define su propia legislación sobre la práctica de esparcir las cenizas al mar. En Colombia, según la Dimar (Dirección General Marítima), en caso de querer llevar a cabo esta ceremonia, se debe contratar una empresa especializada que transporte a los familiares hasta un lugar alejado de la orilla donde se realizará la ceremonia y que dentro de sus procedimientos, tengan presente el respeto por la biodiversidad marina. Conozca más sobre el servicio de Devenir del mar de Memorias.com.co

¿Cómo es el ritual de esparcir cenizas al mar?

Memorias.com.co ofrece la posibilidad de esparcir cenizas al mar en dos destinos del caribe Colombiano que se destacan por su historia, arquitectura y sus aguas marinas de color azul verdoso. Cartagena y Santamarta se convierten en lugares perfectos para despedir a tu ser querido en una experiencia única en la tranquilidad de majestuosos mares.

El viaje de ida y regreso a la eternidad preparado por memorias.com.co, inicia depositando las cenizas en una urna biodegradable y haciendo un recorrido hasta el lugar escogido junto a los familiares más cercanos, acompañados de notas musicales. 

El momento de la ceremonia para esparcir las cenizas al mar, es guiado por un maestro de ceremonias dando lugar a un momento de emotividad, consuelo, recuerdos y reflexiones en honor a la persona que se ha ido  y crear memorias de una experiencia liberadora que se mantendrá por siempre en la memoria de los familiares. Conozca todos los detalles de la ceremonia para esparcir cenizas al mar en memorias.com.co

Sin duda, la despedida de un ser amado que ha partido es un momento triste y doloroso, sin embargo, decidir esparcir sus cenizas al mar, traerá consuelo al estar rodeado de la hermosura del mar, permitiendo la reflexión espiritual y la sanidad del alma.