Mariposas: una experiencia única y transformadora

Su encanto y colorido vuelo, les ha conferido un lugar especial a las mariposas a lo largo de la historia, siendo un símbolo de paz, tranquilidad, esperanza, alegría, cambio, evolución, sabiduría, pureza y consuelo. Vivir de cerca el proceso (metamorfosis) que atraviesa este ser vivo desde que es un huevo hasta que se convierte en una hermosa mariposa, es una experiencia única y transformadora.

Junto con las abejas, las mariposas son los grandes polinizadores por excelencia, ya que transportan el polen de una flor a otra, garantizando la producción de semillas y frutos. Siendo fundamentales por hacer parte de la cadena trófica (alimenticia) de otros animales, las mariposas también son indicadores de la calidad de los ecosistemas por su estrecha relación con las plantas de cada ecosistema. 

A pesar de que existen más de 24.000 especies diferentes de mariposas a nivel mundial con características muy diversas (Fuente 1), según la Federación Amigos de la Tierra Internacional (ATI), se ha registrado en los últimos 20 años una reducción del 50% de estas especies.

Aunque Colombia es el país con más especies de mariposas en el mundo (se registran aproximadamente 20% de las especies del mundo (Fuente 2) , también se ha hecho evidente la disminución de estos insectos. 

Vuelo de esperanza

Vivir de cerca la transformación que sufre la mariposa, es una experiencia realmente única y transformadora. Cada vez es más común obtener una pupa de mariposa, para acompañar y brindar esperanza en momentos importantes de cambio en la vida, como también situaciones de dolor ante la pérdida de un ser querido. Adquiere en memorias.com.co una pupa de mariposa como un símbolo de esperanza tras la partida de un ser querido. 

Los expertos en cría y cuidado de mariposas, entendiendo la importancia que estos insectos aportan a la naturaleza y a la humanidad, las han puesto a disposición del mercado con dos propósitos muy importantes. 

En primer lugar, criar, cuidar y liberar una mariposa, es justamente una de las maneras para evitar la extinción de las mariposas y su vez, restaurar los bosques debido a su labor como polinizador. 

Bajo las actuales condiciones ambientales, solo el 30% de las mariposas llegan a su estado adulto, ya que están expuestas a parásitos y pesticidas. La ausencia de plantas hospedadoras (llamadas comúnmente maleza) para el depósito de sus huevos y posterior formación de larvas, está obligando a las mariposas a migrar a nuevos lugares, disminuyendo así su probabilidad de supervivencia. 

Lejos de tratarse de un maltrato animal, ya que su objetivo es aumentar el porcentaje de vida de estos seres vivos, los criaderos de mariposas son espacios ideales para preservar la vida de estos importantes polinizadores.  

La cría de mariposas inicia con la consecución de individuos parentales, denominados así por ser la generación que dará lugar a las nuevas crías a partir de las cuales empieza la producción (Fuente 3) . Para la captura de estos parentales, se hace obligatorio contar con el permiso de la CAR Res.1261 del 16 de mayo 2018.

Atravesando el dolor

Es increíble ver cómo una oruga, un ser vivo sin aparente gracia ni belleza, puede llegar a convertirse en una obra de arte alada que extiende sus alas para volar segura y tranquila.

Expertos psicólogos en el manejo del duelo han usando la analogía de la transformación de las mariposas en procesos de duelo como una representación de cambio e inicio de una nueva vida que desea abrir sus alas para emprender un nuevo vuelo.

Las orugas nacen de pequeños huevos, que se alimentan de las hojas de las plantas hospedadoras, creciendo hasta 20 veces su tamaño y mudando de piel unas 8 veces en un mes. Una vez la oruga alcanza un tamaño esperado, busca un lugar adecuado para la formación de la pupa. 

Es este justo momento, la etapa más vulnerable de su desarrollo. Cambia de color, deja de comer y abandona la planta que le ha brindado refugio. En este punto, los movimientos de la oruga son lentos mientras que se cubre de seda. Pasados unos días, con la última muda se forma la crisálida que dará la nueva mariposa. Una vez sus órganos se han desarrollado y madurado, la nueva mariposa ablanda el capullo con un líquido que ella misma produce y espera antes de salir, hasta que sus alas sequen. 

La pérdida de un ser querido, nos hace vulnerables. Los días avanzan más lentos y la sensación de oscuridad, soledad y estancamiento inunda los sentidos de quienes están atravesando este vacío. El dolor por su partida cambia de color el futuro, el deseo de no avanzar es constante y la vida parece no tener sentido. 

Sin embargo, en el tiempo correcto, luego de elaborar el dolor a través del duelo y resignificar la partida del ser querido, surge una nueva esperanza y la posibilidad de renacer se hace realidad. Vivir de cerca la metamorfosis de mariposa, transforma los sentidos: las emociones afloran al observar los diminutos cambios, el dolor es transformado en fortaleza y resiliencia y la vida toma un nuevo sentido. Vive de cerca la experiencia de la mariposa adquiriendo una pupa en memorias.com.co