Enfermedad terminal: El duelo anticipado
El diagnóstico de una enfermedad terminal puede ser una de las noticias más devastadoras que alguien puede recibir. Como una bomba de tiempo que se acelera entre exámenes, entrevistas con los doctores y el desgaste físico y emocional que se hace cada vez más evidente, enfrentarse a una enfermedad terminal trae consigo afrontar la realidad y el dolor propio de la vida que se está escapando aún antes del último adiós.
Un duelo por una enfermedad prolongada suele ser diferente al duelo que se afronta cuando se atraviesa por una pérdida por muerte súbita. Cuando una persona enfrenta una enfermedad terminal, familiares y amigos cercanos pueden experimentar un duelo anticipado en respuesta a la expectativa de muerte de su ser querido. Para muchas personas, incluso anticipándose a los hechos, la llegada del momento real del fallecimiento puede causar sentimientos inesperados de tristeza y pérdida.
Quien padece una enfermedad terminal, se enfrenta a síntomas físicos, pero también a síntomas emocionales como; miedo, ansiedad, ira, depresión, culpa y falta de perdón, entre otros. En su camino por la enfermedad, afronta diferentes temores a lo desconocido durante el curso de la misma, al dolor físico, al sufrimiento, a la pérdida de partes de su cuerpo o a la invalidez y a una carga emocional adicional que puede surgir ante un complot del silencio por una falsa creencia que las conversaciones difíciles pueden acrecentar el dolor y por ellos evitarlas, dejando a la persona con aspectos de su vida sin exteriorizar.
El duelo por la pérdida de la salud se vive en las mismas fases de un duelo por otro tipo de pérdida y es una respuesta normal a un proceso natural del ciclo vital de los seres humanos. Aunque es diferente para cada persona, el duelo por pérdida de la salud se elabora en las fases de negación, rechazando los hechos y buscando otras opiniones médicas, conciencia de la pérdida al darle una explicación racional a lo sucedido, aislamiento con la intención de evitar hablar con otros de su situación, reacomodo buscando reajustarse a su nueva realidad, y aceptación en donde ya puede explicarse racional y emocionalmente el proceso que vive e intenta aprovecharlo y reconstruirlo.
La familia
Ante un diagnóstico de una enfermedad terminal, cada familia reacciona de manera diferente. Dependiendo de la enfermedad, quien es la persona afectada, la posición que cumple dentro de la composición familiar, los roles y vínculo con cada miembro de la familia, la enfermedad que padezca, la edad, etc. Hay situaciones comunes como el estrés, el estado de vulnerabilidad, la situación económica y social, entre otros que pueden afectar la estabilidad familiar, sumándose a esto, la elaboración de un duelo anticipado.
Cuando un familiar se encuentra enfermo por algún tiempo y por las condiciones de su enfermedad terminal los doctores han dictaminado su muerte en un lapso corto de tiempo, la familia suele atravesar un camino doble a nivel psicológico: previo a su fallecimiento para poder acompañarlo y posteriormente, a adaptarse a vivir sin su presencia.
Durante el tiempo de anticipación a desenlace que ya se conoce, los familiares pueden tener respuestas emocionales como la visualización del fallecimiento del familiar, excesiva preocupación por la familia e incluso, anticipación y temor por el episodio del fallecimiento y planes futuros sin la persona.
Aunque el duelo anticipado puede generar en algunos casos síntomas físicos, sensaciones y reacciones emocionales como; pérdida de apetito, tensión, irritabilidad, fatiga, insomnio, llanto inesperado, agitación, culpa, enojo, indecisión sobre qué hacer, cambios inesperados en el estado de ánimo, es un periodo sano ya que ayuda a los familiares a sobrellevar el impacto al momento de experimentar el duelo real. Esta etapa de anticipación, puede facilitar la reconciliación, la resolución de pendientes con la familia y también el perdón.
Como en un proceso de duelo, los familiares también se enfrentan a fases de negación y añoranza, que dependiendo de su intensidad pueden tener influencia en la aflicción por la situación que padece el familiar. La resistencia a aceptar el diagnóstico de una enfermedad terminal puede mantenerlos en un proceso defensivo, de allí la importancia que tiene informarlos respecto al proceso que enfrenta al ser querido enfermo y su factible evolución.
Sostener a la familia, en especial al cuidador del familiar enfermo, es fundamental cuando se vive una enfermedad terminal. Contar de ser necesario con el acompañamiento y apoyo de un psicólogo experto en un espacio que favorezca la expresión de sus sentimientos y emociones que en ocasiones pueden ser ambivalentes y confusos, permite gestionar los sentimientos de culpa y el deseo de claudicar, resulta un ejercicio tranquilizador en medio de las múltiples demandas y necesidades del paciente. Recibe acompañamiento de psicólogos expertos en manejo del duelo y duelo anticipado en memorias.com.co
Compañía y apoyo
Una manera de acompañar a un ser querido que ha recibido un diagnóstico cuyo desenlace es la muerte es animarlo a contar sus hazañas a lo largo de su historia. Es sorprendente ver cómo para esa persona, narrar las experiencias vividas le permitirá valorar su existencia, identificar su legado y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Aunque normalmente el tratamiento que se emplea para una persona que padece una enfermedad terminal es el de tipo paliativo el cual no pretende la recuperación sino el mantenimiento durante el mayor tiempo posible de la calidad de vida alcanzable, evitando el malestar y el sufrimiento, a menudo se requiere de la contribución de psicólogos y psiquiatras.
El acompañamiento de psicólogos y psiquiatras expertos tiene importantes aportes en un proceso de enfermedad terminal ya que se encargan de tratar las necesidades emocionales y psicológicas del paciente, enfocándose en la preservación de su dignidad y en la aceptación del final de la vida. Su mayor propósito será apoyar las necesidades de quién está cerrando su existencia y asistir está fase final para dar cierre de una manera adecuada. Recibe el apoyo de psicólogos expertos en el manejo de situaciones ante una enfermedad terminal aquí.